Doomscrolling: ¿Que es y por que debemos detenerlo?

Doomscrolling ¿Que es?

Doomscrolling: ¿Que es? Es un término que ha ganado una gran popularidad desde el comienzo de la pandemia, es la tendencia a leer o escuchar fake news y las malas noticias, a pesar de que son entristecidas, desalentadoras o deprimentes.

Muchos de nosotros pensaremos que no somos víctimas de este mal hábito. Sin embargo, sin saberlo, lo hacemos todos los días. Caemos en la trampa porque la publicación de noticias negativas en los últimos tiempos supera con creces a la de noticias positivas. En otras palabras, estamos expuestos a estos estímulos con un impacto psicológico negativo para nosotros.

Estamos acostumbramos a acceder a las redes sociales y a toparnos con estas realidades, y nos hemos acostumbrado a ellas. Nuestro cerebro sufre al recibir estas noticias, y el número de trastornos por ansiedad y depresión está aumentando, y esta es una de las causas.

Manifestaciones de doomscrolling

El doomscrolling esta presente en todo tipo de personas, desde los adolescentes hasta las personas mas mayores que tengan acceso a nuevas tecnologías . Las malas noticias, sin embargo, también son una constante en el medio televisivo, por lo que podemos notar que nuestros seres queridos mayores son más dependientes de estos «productos», de esta información negativa, triste o alarmista .

Esto ocurre cuando elegimos detenernos en una noticia oscura y leerla o escucharla hasta el final. La noticia tiende a tener un impacto emocional breve. El problema surge cuando la exposición es constante, de manera que se genera, paso a paso, una acumulación de emociones negativas.

Doomscrolling ¿Que es?

Al mismo tiempo, ocurre un hecho evidente: no filtramos. Nos movemos por todas partes entre las redes sociales y al final nos detenemos en la noticia alarmante o triste de última hora.

Casi sin darse cuenta, la mente acumula una inmensa cantidad de datos, imágenes e historias que interfieren con nuestro bienestar psicológico .

¿Por qué lo hacemos?

Muchas publicaciones han proliferado de forma sorprendente en los últimos meses. Estamos más expuestos a ellas y, en general, el cerebro se inclina más a buscar lo «negativo» que lo «positivo».

En un contexto como el actual, queremos mantenernos informados y, en general, la exposición a las redes sociales es mayor. Tenemos más tiempo y estamos más preocupados. La incertidumbre pesa mucho y queremos saber qué pasa en el mundo casi cada segundo. La mente está en un estado perenne de alerta y sobreexcitación y esto nos vuelve adictos a las malas noticias.

¿Cuáles son los efectos sobre la salud mental?

El doomscrolling no es inofensivo, tiene un grave impacto en nuestro bienestar psicológico, que debemos tener en cuenta. Hay estudios que indican que las noticias negativas no solo nos preocupan más, sino que también alteran nuestro estado de ánimo.

Tanto es así que muy a menudo, este hecho puede sumarse a otros y provocar depresión o ansiedad . El aspecto más complicado es que esta realidad actúa como un círculo vicioso. No podemos dejar de escuchar este tipo de noticias y, siendo conscientes del impacto que tiene en nosotros, lo hacemos para saber qué está pasando continuamente.

A esto se suma otro hecho, las malas noticias se recuerdan más que las buenas, y los algoritmos que utilizan las redes sociales continúan exponiéndonos a este tipo de información y no nos damos cuenta.

¿Cómo reducir su efecto?

La estrategia para mitigar el impacto del doomscrolling es obvia, reducir el tiempo que pasamos en las redes sociales. Una consideración que parece tan obvia es más difícil de conseguir de lo que pensamos.

Nuestra ligadura psicológica a estas tecnologías es tan alta que no somos conscientes de ello. Necesitamos hacer un ejercicio de reflexión sobre esto y empezar a reducir el tiempo de exposición. Debemos evitar que las redes sociales nos roben el tiempo y nuestra salud mental.

En consecuencia, sería mucho mejor establecer momentos específicos del día dedicados a consultar las noticias. Responder solo a los mensajes más importantes también es otra buena estrategia. Por ejemplo, evitemos que revisar nuestro teléfono sea nuestra primera acción cuando nos levantamos por la mañana o nuestra última acción cuando nos vamos a dormir.

Por último, pero no menos importante, podemos mitigar los efectos del doomscrolling al centrar nuestra atención en tareas, intereses y actividades más positivas y agradables. Invierte tu tiempo en hacer este tipo de cosas para encontrar el equilibrio necesario lejos de las pantallas.

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