Tu aliado para evitar el desperdicio de comida es el ingenio y el tenedor. Sí, porque la mayoría de lo que se tira es aún comestible. Por eso, una revolución puede empezar en tu cocina y en la mesa de tu casa.
Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), globalmente se desperdician al año 1,300 millones de toneladas de comida .Esto se traduce en 30% de cereales, entre 40 y 50% de raíces, frutas y verduras, 20% de carne y 35% de pescado que bien podrían alimentar a dos millones de personas.
En el caso de la carne, por ejemplo, ese 20% anual implica que de las 315 toneladas que se producen aproximadamente, se desperdiciaran más de 60 toneladas.
Esto tiene un fuerte impacto ambiental, pues para la producción de carne se necesita deforestar vastos territorios, utilizar millones de litros de agua y, además, lanza cantidades exuberantes de contaminantes a la atmósfera.
Por eso, está comprobado que un día a la semana sin carne equivale a quitar un auto de circulación durante un mes.
La carne a su vez supone un incremento en la producción de cereales (un 80% se usa para la alimentación del ganado), mientras que el 70% de la pesca es usado también para eso.
Así, cada desperdicio es una cadena de otros desperdicios que hacen a cada cifra más terrible de lo que parece.
Pero si bien es innegable la necesidad de la producción a gran escala, el Desperdicio De Comida podría evitarse por completo.
Y aunque muchos de estos problemas corresponde a los gobiernos y empresas paliarlos, también hay pequeños gestos que nosotros podemos hacer para coadyuvar a que el problema no crezca (y son de mucha ayuda).
Soluciones y Consejos Para El Desperdicio De Comida
Confía en tus sentidos y no tanto en la fecha de caducidad
Muchas personas se han vuelto quisquillosas en lo que refiere a la caducidad de los productos.
Pero éstas siguen muchas veces razonamientos de mercado que están orientados a indicar una fecha de caducidad anterior a la que es en realidad para evitar que la gente se pueda intoxicar, sobre todo en alimentos microbiológicamente muy perecederos (por eso en unos dice “consumo preferente antes de”).
O también basados más en la pérdida del sabor original, más que en el hecho de que puedan ocasionar algún daño.
Y es que la caducidad es algo difícilmente calculable, por lo cual lo mejor será que te bases en tu sentido del gusto y del olfato para saber si algo todavía sirve, y no tanto en la fecha de caducidad exacta.
Claro, cuando hagas tus compras fíjate en las fechas, para poder calcular la duración de tu despensa sin que se desperdicie un solo alimento.
En caso de que el alimento no esté en estado óptimo, pero tampoco te haga daño, esto es lo que puedes hacer:
Reutiliza de forma creativa
Cosas como el arroz o el pan pueden ser reutilizados, en caso de que no estén echados a perder pero que ya no te apetezca comerlos así nada más.
Lo mismo puedes hacer con frutas y verduras, utilizándolas en batidos y postres, como mermeladas.
Deshidrata
Hay tres formas para deshidratar alimentos: por calor solar, por el uso de deshidratadores comerciales eléctricos o bien mediante estufas y hornos.
Organiza tus comidas y piensa tu menú
También es importante que antes de las compras pienses muy bien en las cantidades.
Por eso existe la mencionada diferencia entre “fecha de caducidad” y “consumo preferente antes de”, porque de esta manera pueden funcionar como guías (aunque no absolutas) para cuando realices tus compras.
Lo mejor será que organices un menú en una libreta o en tu celular, en el cual incluyas todas las porciones y te ayude a pensar en la duración de cada alimento para saber en cual día de tu menú lo utilizarás.
Y para conservar alimentos, además de deshidratar lo que sobre, hacer salsas, empanizados o postres, también puedes hacer de tu congelador un gran aliado para evitar el Desperdicio De Comida
Congela todo lo que puedas
Muchas cosas como las verduras y el pan se pueden congelar para mantenerse por más tiempo, pues muchas de las veces que tiramos comida es porque se encuentra levemente oxidada o, como en el caso del pan, endurecido, cosas que la congelación evita que sucedan. Existen mitos como el que lleva a pensar que aquello que no fue congelado el mismo día de la compra ya no se puede congelar, pero no es así. Sólo fíjate en la fecha de caducidad y no habrá problema.
Son muchas cosas las que se pueden congelar, entre ellas también el queso (excepto el blando, pues adquiere una consistencia extraña), así como la leche e incluso guisados de carne que, una vez puestos en la sartén recuperaran su sabor y textura originales. Únicamente debes cuidar que tus alimentos no pasen más de tres o cuatro meses en congelación, pues más allá de echarse a perder pueden verse afectados en su sabor por los cristales que genera el enfriamiento.
Un tercio de los alimentos se estropean o se desperdician antes de ser consumidos. Esto una desproporción en la que casi mil millones de personas padecen hambre en el mundo. Así que piensa en evitar el Desperdicio De Comida en tu vida diaria.